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viernes, 23 de septiembre de 2016

El infierno de los niños esclavos en Birmania

La mayoría de los niños que trabajan en Birmania provienen de las zonas más aisladas del país o de regiones golpeadas por conflictos étnicos.

Birmania / ciberpasquinero



Atraídos por el trabajo en las ciudades, que permite mantener a toda la familia, muchos niños y jóvenes birmanos se encuentran atrapados en un engaño y convertidos en esclavos.

Según el último registro realizado en 2014, en Birmania un niño de cada cinco de entre 10 y 17 años trabaja, es decir, 1,7 millones de personas.

Según la empresa de análisis Verisk Maplecroft, respecto al trabajo infantil, el país se sitúa en la séptima peor posición, justo por delante de India y de Liberia.



Cicatrices

San Kay Khine, una adolescente de 17 años, muestra las cicatrices que tiene en sus brazos en Baw Lone Kwin, Birmania.

Las manos de San Kay Khine, con quemaduras, cicatrices y dedos deformados, le recuerdan a cada instante los años que pasó como esclava infantil en un taller de sastrería en Rangún, la capital económica birmana.

La adolescente de 17 años regresó a su casa hace solo unos días, después de pasar cinco años infernales durante los cuales, junto a otra chica de su pueblo, fue explotada, golpeada, apenas alimentada y autorizada a dormir solo algunas horas por la noche.

Durante años, sus familias intentaron sacarlas de ahí.

Solo después de una investigación de un periodista local que alertó a la comisión nacional de derechos humanos, fueron puestas en libertad.

Durante estos años, los padres de San Kay Khaing y de Tha Zin no tuvieron ninguna ayuda de la policía.



Traumatizada

Por el momento, San Kay Khine parece demasiado traumatizada para hablar de lo que le sucedió y solo consigue murmurar unas palabras para decir que quiere quedarse en casa.

La lucha contra el trabajo infantil es uno de los principales objetivos del nuevo Gobierno elegido democráticamente y liderado por la exdisidente y premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, que quiere reformar el país después de medio siglo de dominación militar.

La mayoría de los niños que trabajan en Birmania provienen de las zonas más aisladas del país o de regiones golpeadas por conflictos étnicos.

Muchos de ellos trabajan en los cafés de Rangún, en las carreteras, vendiendo baratijas o en las fábricas. Miles de ellos son empleados domésticos encerrados en casas.




1 comentario:


  1. Dramático, mi estimado Ciberpasquinero. Qué bueno que pones el dedo en la llaga. Saludos.

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